Crónica de observación (24-01-2022): diseccionando la nebulosa de Orión

Parece que el nuevo año 2022 nos ha traído bastantes noches despejadas a los aficionados a la astronomía. El pasado 22 de enero quise aprovechar las 3 horas de margen disponible hasta que la luna saliera por el horizonte, para hacer una sesión de observación de objetos de cielo profundo. La observación, como siempre, la hice desde el Parque Natural de Izki, en unas condiciones meteorológicas que considero que son las óptimas para la zona donde vivimos. La combinación de un anticiclón en las islas británicas y una borrasca en la zona del archipiélago de Madeira hace que a nuestro entorno lleguen vientos suaves, fríos y secos del este y noreste, provenientes del interior del continente. Estas condiciones se tradujeron en una temperatura ambiente de -4ºC, una humedad del 83% (baja para lo que es Álava), una temperatura de fondo de cielo de -34 ºC (señal de poca humedad en altura) y un valor de oscuridad de cielo SQM de 21.1 (el habitual para nuestro lugar de observación).

 

Nada más montar el telescopio dobson 12” L-JLV y con noche ya cerrada, me dirijo a observar el grupo de galaxias alrededor de NGC-7331. Lo encuentro muy fácilmente a partir de la estrella superior derecha del cuadrado de Pegaso. Tengo especial cariño a este grupo de galaxias desde una noche espectacular que disfruté con el maksutov de 180 mm hace años, y no lo había vuelto a observar hasta hoy. Con el dobson de 300 mm y los oculares de 14 y 8,8 mm (107x y 170x) todo es más sencillo y puedo detectar varias de las galaxias que componen el grupito. De aquí salté al famoso quinteto de Stephan, otro grupo de galaxias débiles que quedan muy cerca. Me pareció más complicado, pero rápidamente cayó alguna de ellas. Como éste no era el objetivo principal de la noche, y esta zona del cielo se estaba metiendo muy rápidamente en el hongo de luz de Vitoria-Gasteiz, decidí apuntar el telescopio a M-77, galaxia espiral situada en Cetus. La última vez que la visité, la noche del 30 de diciembre, el seeing pésimo que había no me permitió sacar ningún detalle, pero esta vez las condiciones eran diferentes. El seeing esta noche era bastante bueno y pude apreciar el comienzo de los brazos espirales a cada lado del núcleo galáctico, muy brillante, por cierto. La mejor visión de este objeto me la dio el ocular de 8.8 mm. Me pareció apreciar que los brazos se alargaban en dirección perpendicular a una estrella cercana de magnitud 10.8, lo cual pude corroborar al día siguiente en fotografías que encontré en internet.

 

Tras estos objetos y antes dirigirme al objetivo principal de la noche, me detuve a observar M79, que es un cúmulo globular en Lepus. Nunca había observado nada en esta constelación, pero me pareció muy resultón. Se resuelve bien con el ocular de 8.8 mm (170x).

 

Ahora sí, me dirijo decidido al OBJETO CON MAYÚSCULAS del cielo invernal: la nebulosa de Orión o M-42. Llevaba preparado el plano “topográfico” de esta nebulosa, de nuestro querido maestro Patricio Dominguez “Arbacia” (http://www.astrosurf.com/patricio/DS/M42-topografia.htm), para hacer una disección de este objeto e ir marcando las zonas o rasgos principales visibles con un telescopio de esta apertura desde mi lugar de observación.

 

 

Estuve una hora larga centrado en este objeto y tomando notas sobre el plano. Utilicé el binoviewer equipado con dos oculares zoom de Baader para poder adentrarme o alejarme en la nebulosa y poder apreciar detalles concretos o bien estructuras generales de la nebulosa. Entre los detalles observados me gustaron especialmente la zona de M-43 (nunca había reparado en los detalles que se pueden apreciar aquí), la denominada Nebula Oblongata y la barra oscura que la separa de Proboscis Maior, que por cierto es el rasgo más netamente marcado de la zona periférica de la nebulosa. La zona central, denominada Regio Huygheniana, es simplemente espectacular, con muchísimos jirones de nebulosidad por doquier. Entre los detalles más sutiles, me llamó la atención el entrante oscuro de Sinus Gentili, y el entrante brillante de Pons Schroeteri. Éste último me pareció un poco complicado de observar, siendo necesario para ello retirar el binoviewer y poner el ocular de 8,8 mm y el filtro nebular NPB.

 

Este objeto es realmente hipnótico y te puedes tirar horas literalmente sacando detalles por aquí y por allá. Dejo por aquí las notas que tomé sobre el plano de M-42, aunque he de decir que la nebulosidad de este objeto se extiende más allá de los límites del mapa:

 

Tras la nebulosa de Orión, y hasta la salida de la Luna, me dediqué a observar otros objetos como M78 y parte del bucle de Barnard, o la Nebulosa Roseta (NGC 2237). Buscando objetos por la zona Este de Géminis, de casualidad llegué a la nebulosa NGC2174 o nebulosa Cabeza de Mono. ¡No me explico cómo se le pasó a Messier!! Es brutal con el NPB y el 14 mm (107x) equipado con el filtro NPB. Es muy grande, aproximadamente circular y uniforme excepto por un entrante oscuro en uno de sus extremos. Me pareció una de las nebulosas más bonitas que he visto. Aquí va una fotografía de nuestro compañero Jesús García:

 

 

Antes de que saliera la Luna, pude inmortalizar la sesión de observación con el móvil. No deja de sorprenderme que hoy en día se puedan hacer fotos del cielo estrellado con un móvil sencillo.

 

 

David Sedano

DESPIDIENDO EL AÑO 2021 DESDE EL PARQUE NATURAL DE IZKI

La noche del 30 de diciembre de 2021, aprovechando las inusuales pero excelentes condiciones meteorológicas previstas, nos reunimos unos cuantos compañeros de la asociación en el Parque Natural de Izki para despedir el año 2021 con una velada de observación y fotografía astronómica. Debo reconocer que yo ya había salido también con el telescopio la noche anterior, pero la humedad y la niebla, que finalmente me envolvió, me terminaron por echar de allí al poco tiempo de haber montado. Pero esta noche del 30 iba a ser diferente. Se preveía una ligera brisa proveniente del sur que con toda probabilidad se iba a llevar la poca humedad que estuviera condensando, y así fue, una noche seca para variar.

 

Yo me llevé mi dobson de 12” L-JLV y una lista más o menos cerrada de objetos para observar. Iba con la idea de recobrar la costumbre de dibujar algún objeto, esta vez utilizando la técnica de lápiz blanco sobre papel negro, nueva para mí, y empecé por la nebulosa de la calavera (Skull Nebula, NGC 246). El seeing era bastante malo, lo que en la imagen se traducía en estrellas como pelotas si se aplicaban altos aumentos, pero este objeto siempre me ha resultado muy agradecido y la transparencia de la noche me permitió sacar algunos detalles. La nebulosa en sí tiene el aspecto de un círculo “mordido” por su extremo sureste, con unos límites muy bien definidos, en un campo muy pobre de estrellas, pero con algunas débiles superpuestas justo encima de la nebulosa, una visión realmente bonita. A priori eso parecía todo, pero dedicándole bastante tiempo de observación con vista lateral y el filtro NPB se llegaba a intuir nebulosidad en su interior, concretamente en la mitad suroeste y oeste, con un aspecto extrañamente irregular, como si se tratase de parches. Estuve alternando entre los oculares ES 14 y 8.8 mm (107x y 170x respectivamente) y finalmente este es el dibujo en el que intento mostrar el aspecto visto al ocular:

Tras este primer objeto me dediqué durante un rato a observar otros objetos del cielo de invierno, entre los cuales destacaré la nebulosa de Orión con visor binocular (te deja literalmente con la boca abierta) y la nebulosa del casco de Thor (NGC 2359). Con respecto a esta última, estuvimos jugando con los filtros y la respuesta era espectacular pasando de ser prácticamente imperceptible sin filtro a verse en todo su esplendor con el filtro NPB puesto. Por otro lado, estuvimos también observando en grupo la nebulosa de la cabeza de caballo y hubo opiniones para todos los gustos. Yo la tengo muy vista y el campo estelar de esa zona muy trillado, y en esta ocasión la detecté de nuevo sin ningún lugar a dudas, pero en cambio algún compañero sólo pudo detectar la nebulosidad de IC 434, y otro compañero ni una ni la otra, señal de que no se trata de un objeto sencillo la primera vez que lo intentas.

 

Continuando con mi lista de objetos a observar llegué a la galaxia NGC891 en Andrómeda. La localicé sin problema con el ocular de 24 mm (62x) partiendo de la estrella doble Almach. El campo en el que se localiza esta galaxia es realmente bonito, plagado de estrellas que parecen crear un sutil velo tras el que se localiza esta galaxia vista de canto que, a pesar de tener un tamaño aparente bastante grande (13.2 minutos de arco), tiene un bajo brillo superficial. La estuve observando un buen rato con los oculares de 14 mm (107x) y 8,8 mm (170x), obteniendo una mejor imagen con éste último. En esta ocasión me sorprendió detectar fácilmente la espectacular barra de polvo central que tanto caracteriza a esta galaxia, lo que le daba un aspecto al ocular muy realista y ponía perspectiva a la observación. Ante este espectáculo, me animé de nuevo a realizar un dibujo intentando reflejar en él la vista al ocular de la manera más fiel posible:

 

 

Y aquí una fotografía de la misma galaxia NGC891 tomada por nuestro compañero Julio Corredera con su newton de 250 mm en la que se pueden observar multitud de detalles en la barra de polvo central:

 

Tras un total 7 horas de observación y charla astronómica decidí recoger el telescopio, siendo esta una de las noches más productivas que he tenido desde hace mucho. Durante toda la sesión dejé el móvil haciendo fotos en modo automático, con las que al día siguiente pude montar este timelapse que queda como recuerdo de esta noche de observación:

Espero que no pase tanto tiempo para tener ocasión de salir de nuevo.

 

David Sedano